miércoles, octubre 05, 2005

salamandra apenada
arrastra peces de colores en su cola,
le pesan, mojados aún por la brisa, le dan frío.
salamandra busca ayuda (pide, con los ojos)
pero no la recibe
(no que no se la dan... quisiera crecer)

antes tenía un perro que le colgaba del pecho,
más antes tomaba el sol y la aguardaba un sapo,
más antes aún, alguien le revolvía los tres pelos.

salamandra arrastra peces de colores porque no supo hacer que volaran.
los vió volar, eso sí, pero las chispas de los ojos se apagan con las lágrimas.
una vez contó que eran tres.
luego cuatro, y luego tres otra vez.
ahora los arrastraba indefinidamente...
le dolía más pensar en dejarlos en las rocas...botados.
-"Con esos pechos, podrías amamantar a más peces, más grandes"- le decían.
-"No era necesario llevar más"-susurraba.
esos ya dolían.

con unos cuantos pedazos menos,
avanzaba silenciosa bajo la mirada atónita del bosque entero.
iba dejando un hilito rojo entre las flores
perfumado...calentito.
tenía la pintura corrida
y tres gotas de rocío en el omóplato izquierdo.
había jurado que nunca más tantas veces,
que ya no recordaba nada.
iba camino devuelta al paraiso,
donde empezó todo
para ver si por fin ahí se podía entender
de nuevo
sin perder más piel.
(que la que ya tenía era tan delgada,
que se le divisaban los caballos de fuerza
y hasta el caracol...)

guata de lagartija,
herida
morada
...