viernes, septiembre 21, 2007

Tengo 26 años.
Tengo pena, tengo rabia, tengo ganas de gritar.
Tengo sueños amontonados en la garganta, en la espalda colgando, en los brazos.
Tengo esperanza, si, pero no alcanza.
He hecho mucha cosa. Cosas buenas y cosas malas. Ahora necesito reiki.
Ahora se habla de deperesión cuando uno tiene esta pena, pero la verdad es que todos la han sentido alguna vez en la vida. Esa cosa viscosa y negra que se pega en la patas y te impide caminar normalmente: faltas a la concentración y la memoria a corto plazo. Eso lo leí hoy.
Mientras más tienes, más tienes de que quejarte no? no.
Mi vida es buena, soy yo la que no la paso bien en ella... como la lenteja bajo la colcha.
Princesita.
Nadie me dijo princesita. Ni me regalaron demasiadas muñecas.

Hoy llegué temprano a mi oficina. Logré despegarme de limpiar "un poco" la cocina, y esfumar el olor a sueño de la cama antes de quedarme ahí para siempre. Es rica la sensación de abrir las ventanas de un empujón, de poner la música fuerte y cantar. Debe parecerse a tomarse un café con un pucho colgando de los labios. A comer chocolate.
Sola me siento bien, pero me carga sentirme desolada.
Disfruté esas tres horas de nadie. Trabajé bien. Entregué un trabajo o dos.

Tengo 26 años. En una semana más estaré en "mi departamento".
"Nuestro". Igual me siento triste de irme de donde estoy. Me gustan los cambios, harto, pero soy re mala para cambiar, soy lenta. Todo lo que signifique modificar algo ya determinado produce un pequeño colapso en mi sistema. Lo logro, al fin lo logro y lo disfruto, pero paso por el cortocircuito y obvia pataleta. jajajaja. Me carga que me apuren.
Voy a extrañar. Ya estoy extrañando para no sentir tan triste el último abrazo. Es raro, porque no sentí ese vacío cuando salí de casa de mis padres. Debe ser porque son lugares distintos... me puse más triste cuando ya no tenía ni pieza, ni ropa, ni espacio para dormir... a esta que casa que dejo, le dejo 3 años bakanes, con unas fiestas inolvidables y muchas comilonas. Pucha que lo pasamos bien! pijamadas!!

Tengo 26 años, y en verdad no son tantos como quisiera, o como los veo cuando cierro los ojos y me pongoa repasar.