lunes, mayo 25, 2009

Un ángel y un diablito son mis guardaespaldas,
Se turnan de día para molestarme.

Tengo preparadas mis maletas para salir arrancando,
en cualquier momento,
(o quedarme... en otra parte(de mi))
si es necesario.

Uno no elige cuándo
ni en qué circunstancias conoce a las personas,
o deja de conocerlas,
pero en el fondo no son más que lo que son:
lo que uno le vio en los ojos la primera vez.

Mi ángel me cuida las espladas como hermano celoso
y el diablito me invita bailar.

De vez en cuando se armas discuciones:
todavía no sé quién ganó la última vez.